Case todos los equipos electrónicos del hogar y línea blanca tienen fecha de caducidad. Lo más común es que tanto sus partes mecánicas como las electrónicas se vayan desgastando por el uso diario, y a consecuencia los engranes, las palancas, goznes, circuitos y cables se van aflojando y deteriorando, por lo que se debe considerar someter los equipos a técnicas de mantenimiento especializadas, para retrasar lo más posible su completa descompostura.  

Si bien el mantenimiento preventivo se encarga de inspeccionar los equipos y aparatos electrónicos para detectar fallas en su funcionamiento, uno de los principales objetivos es corregir estas fallas, localizar partes o refacciones desgastadas y sustituirlas para evitar descomposturas mayores. Los usuarios deben tener en cuenta que un buen mantenimiento preventivo puede conservar los equipos electrónicos en el mejor estado posible para un funcionamiento óptimo. Las acciones que se hagan para limpieza profunda, sustituir refacciones y optimizar micro procesos internos es fundamental para dejar los aparatos en óptimas condiciones.

Es importante destacar que un mantenimiento preventivo siempre será más económico que un mantenimiento correctivo.